Subirme a la viga del techo del Calibán no fue fácil, lo mismo que hacer la obra. Realismo crudo y duro. Así lo dice Ana Durán :
"Tal vez haya una diferencia de gradación entre el churrasco que cocinaba María José Gabín en "Con la cabeza bajo el agua", de Norman Briski y el nivel de verdad con el que arriesgan su cuerpo los actores de Mujeres soñaron caballos, de Daniel Veronese. Pero lo cierto es que "lo real" llegó para quedarse. (Ana Duran. Revista Tres Puntos. 2002)
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