De Ignacio Apolo y Laura Gutman. Con Raúl Rizzo.
"Eugenio y Male conforman una pareja madura, en su plenitud vital. Tienen una hija adolescente. El fallecimiento del padre de él éste será el punto de inflexión que permitirá reflexionar sobre la propia condición y la de la pareja. La relación de ella con su madre, la de él con su padre, los dos abogados, y hermano, la de ambos con su hija y en especial, la de ellos, a partir de sus propios conflictos y necesidades.Varios son los aspectos que pueden destacarse de la puesta de Apolo pero sin duda, hay un logro excluyente. Casi imperceptiblemente la escena comienza a colmarse de energía en tensión. Ésa energía, femenina y masculina, en choque, en complemento, en unidad, en irremediable tensión, se hace presente y se expresa con potencia en el escenario.Y el título “El Tao del sexo” agiganta su sentido. El Tao, el camino, el método, la esencia, lo que se manifiesta pero no puede ser nombrado. Un texto a cuatro manos que logra su objetivo y se verbaliza en los cuerpos. Así, los personajes, reflexionan, se preguntan; por momentos en la forma de diálogos y en otros, como pensando en voz alta o compartiendo con el público, haciéndolos testigos y a la vez cómplices de lo dicho pero también de lo que se oculta. Hay un gran mérito en la elección de los actores. María José Gabin está deslumbrante, plena de gestualidad. Hermosa manifestación de lo femenino en el escenario. Potente, seductora y a la vez frágil y sensible." Carlos Folías.
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