El primer ofrecimiento para hacer la obra nos encontró a Verónica y La Negra sin ganas de hablar de las vaginas cuando hacía cerca de 15 años que las habíamos mostrado a rienda suelta en escenarios diversos. Sin embargo en la 2º propuesa, ya con la dirección de Lía Jelín, nos animamos. Quiso la suerte que fuera el verano del corralito y nuestro trío, aunque el más esperado, el menos taquillero. Hacíamos las funciones con las caserolas, y no en sentido figurado, golpeando en la puerta del teatro. A pesar de todo, nos divertimos bastante.
(Teatro La Plaza-
2002)
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