Dirección: Ricardo Bartis
Dramaturgia: Ricardo Bartis, Pompeyo Audivert, Alfredo Ramos
Intérpretes: Pompeyo Audivert, María José Gabin, Carlos Viggiano.
Música: Carlos Viggiano.
Iluminación: Jorge Pastorinio.
Fotografías: Andrés Barragán.
Producción: Sportivo Teatral de Buenos Aires.
Año estreno: 1988
Presencia en festivales:
Festival Iberoamericano de Teatro (Cádiz, 1988), IX Festival Internacional de Teatro de Madrid (1989), XI Festival Internacional de Teatro de Manizales (1989), Festival Internacional de Teatro de Sitges (1990), Festival Internacional de Teatro de Londrina (1990), Festival Internacional de Teatro de Montevideo (1990).
Comentario:
"Postales es uno de los mejores textos que se han estrenado últimamente en Buenos Aires. Es, por cierto, muy diferente a lo que el difuso oficialismo llama "cultura", y es lo suficientemente bueno como para que durante un cierto tiempo no sea considerado literatura dramática. Su tema central, mejor dicho el cruce central de sus varios temas, apela con impudor deslumbrante a otras artes y a sus técnicas. El artista y su modelo, su madre-amante, musa-muerte, está arrancado, rapiñado de la pintura, como si fuera un dramatización pensada por un porteño empecinado mientras contempla un Tiziano o un grabado de Picasso. El tema es, sin embargo, la literatura, la obra imposible porque todas las palabras ya pertenecen a frases, y las frases a otros textos, y los testos se han mezclado para burlarse del que los invoca. en un teatro donde la actuación se proclama objeto, como modelo de la identidad perdida […], el hecho de que la actuación pueda sostener con plenitud otra pérdida me parece soberbio, y Pompeyo Audivert lo hace de la mejor manera posible." (Alberto Ure, "Postales Satíricas", Página/12 (1990).
Como explica el director, "esta obra supuso un intenso trabajo de interpretación, en clave de farsa cómica y cargado de referencia a la sociedad argentina, entre Pompeyo Audivert (Héctor Girardi) y María José Gabin, que hace de Madre y Novia, en un espacio reducido y con el sonido del bandoneón, interpretado por Carlos Viggiano en directo, formando parte también de la escena: Gabin y Audivert "son" personalidades poéticas, su fuerza asociativa, su erotismo en el trazo, la velocidad en la respuesta, una emotividad profunda y vigorosa. Un espacio reducdo, multiplicado por la forma, dos o tres objetos usados como soporte narrativo, y el tema del ritmo teatral, que es pura intuición, volátil, indescrifrable." (Entrevista con Jorge Dubatti, 12 de marzo de 2002)
La obra estaba dedicada a Pepe Arias, Luis Sandrini, Niní Marshall y especialmente a Alberto Olmedo, nombres claves de la actuación popular en teatro de revista y cómico, televisión y radio, en la Argentina de los setenta y ochenta.
